Se dice que las mejores soluciones de diseño se encuentran a menudo en un proyecto que cuenta con un set muy estricto de parámetros. Así que tiene sentido que los videojuegos arquitectónicos -con sus restricciones y rígidas reglas- tiendan a generar un determinado tipo de solución a problemas que exijan creatividad.
Recientemente, videojuegos como SimCity y Cities: Skylines han inspirado a los diseñadores a experimentar construyendo ciudades virtuales sin el miedo de sufrir las consecuencias del mundo real.
En esa línea, Block’hood es un videojuego y simulador de construcciones que desafía al usuario crear una comunidad funcional de bloques programáticos de 1x1x1. La interfaz presenta sólidas gráficas desde una vista axonométrica y con efectos visuales que dan cuenta de la transición de día a noche y viceversa.
Diseñado por el arquitecto nacido en Chile, José Sánchez, Block’hood aprovecha ese simple deseo de jugar con bloques, pero sube la apuesta al volver vulnerables a estos bloques enfrentados a las condiciones ambientales que el mismo usuario crea.
Comenzar el juego es tan simple como escoger un bloque y depositarlo en una planta vacía. Eso sí, cada bloque requiere y produce diferentes recursos, cuya adecuada administración es esencial para mantener y hacer crecer tu vecindario. Algunos ejemplos: los árboles necesitan agua y producen aire puro; los molinos de viento requieren dinero y producen electricidad; los departamentos requieren agua y electricidad y producen empleo, juventud (sic) y comunidad.
Al momento de instalar tu primer bloque, inmediatamente comienzas a recibir feedback: ¿qué recursos están usando y produciendo tus bloques?, ¿son accesibles todos los bloques?, ¿las torres funcionan perfectamente? Porque claro, si tus unidades no están recibiendo suficiente recursos, caerán en la decadencia y si no lo resuelves, se descompondrán. Prontamente, tu superficie disponible se agotará y tendrás que crecer verticalmente. La mayoría de los bloques se pueden apilar y puedes garantizar su acceso usando escaleras, ascensores y corredores estructurales.
En la línea de los clásicos videojuegos de este tipo como SimCity, el éxito en Block'hood se mide a través de la administración de recursos y un adecuado balance entre las diversas tipologías necesarias. La eficiencia de los edificios se ve impactada por la proximidad a otros tipos de bloques, y un diseño eficiente será premiado con un aumento en su producción de recursos.
Mientras SimCity intenta reproducir la escala visual de una ciudad a escala real, Block'hood reduce los edificios a un mismo tamaño: un bloque de 1x1x1. De esta manera, cada bloque por sí solo se ve raro y urge la necesidad de comenzar a apilarlos, de la misma forma en que los niños apilan cajas y bloques para crear sus utópicas creaciones.
Sin embargo, Block'hood no permite una solución utópica tan rápidamente como se piensa. En realidad, no hay una forma exacta de crear una estructura perfecta ni de "finalizar" el juego. Esto abre la posibilidad a los jugadores de usar su creatividad para crear elegantes soluciones para las necesidades de la comunidad, aunque se trate de un proceso que toma mucho tiempo.
Mis primeros intentos de crear un barrio centró los bloques para humanos en áreas cuidadosamente diseñadas y dejó aquellos de producción en torno al perímetro de las superficie base del videojuego. Fue una solución lógica, pero no atractiva.
Es en este tipo de problemáticas donde queda en evidencia nuestra intuición de mejorar nuestro diseño en la vida real. Así como las ciudades del futuro comienzan a densificarse, las estructuras (y bloques) necesitarán albergar una mayor variedad de funciones, en vez de ser relegadas hacia la periferia de las ciudades.
Un desafío de este sistema de bloques es que aquellos dedicados a albergar humanos requieren acceso, aunque los corredores ocupen tanto espacio como los espacios a los que conducen. Esto me motivó a intentar descubrir nuevas formas de conectar espacios que pudieran servir a esta misma función: en vez de conectar departamentos linealmente, comencé a conectarlos a parques compartidos, y en algunas ocasiones se trataban de espacios cívicos como mercados y colegios. Como lección, las restricciones y la escala te fuerzan a distribuir simples estructuras con una perspectiva más urbana.
Las capturas de pantalla (screenshots) difundidos por los productores del videojuego muestran diseños que van desde cápsulas inspiradas en el Metabolismo japonés hasta pequeñas villas rodeadas por lagos y jardines. Yo no fui capaz de replicar ese balance de recursos, pero no significa que no sea posible, aunque el videojuego requiere una habilidad cognitiva que sólo puede ser obtenida a través de la práctica y la repetición. Esto incrementa la posibilidad de que vuelvas a jugar y asegurar un resultado diferente cada vez que lo hagas.
El diseño del mundo real a menudo se beneficia de las restricciones que son impuestas por su contexto. También es el caso de Block’hood que se beneficia a través de su abstracción de la sociedad y la simplicidad de uso, resultando ser un videojuego que ofrecer entretenimiento a los usuarios, además de una experiencia de diseño libre de estrés, en una escala simultáneamente arquitectónica y urbana.
Block'hood está disponible en Steam. Aprende más sobre este videojuego en Plethora Project.
